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ESTILOS DE VIDA

Sunning: de qué se trata esta actividad física y cómo hacerlo sin riesgos

Se trata de una práctica que se lleva a cabo al aire libre que tiene numerosos beneficios para la salud y ayuda a reducir el estrés.

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Hacer ejercicio regularmente es muy recomendable, pero cuando las temperaturas comienzan a ser más elevadas hay que saber cuándo y cómo hacerlo para evitar sufrir una deshidratación o un golpe de calor. A pesar de ello, son muchas las personas que deciden realizar el sunning (running in the sun o correr bajo el sol) y, dedicar parte de nuestro tiempo libre a la práctica de una actividad física al aire libre es, en principio, muy saludable, pero en este caso debemos tomar precauciones para aprovechar todas sus ventajas sin ponernos en riesgo.

La idea de correr bajo el sol es hacerlo en contacto con la naturaleza, por lo que disfrutar del entorno se puede considerar una de sus principales ventajas. “Se trata de un deporte al aire libre que se suele practicar en lugares donde el aire es más puro que en las ciudades a causa de la contaminación, como ser en la playa, donde hay mayor disponibilidad de oxígeno y resulta más placentero”, señaló el Dr. José Luis López Estebaranz, presidente del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD).

Estebaranz, quien es experto en dermatología médica, quirúrgica y estética, añadió que los principales beneficios del sunning son que corremos al aire libre, en un ambiente saludable con una magnífica calidad del aire y exponiendo la piel al sol, pero aclaró que es fundamental protegerse de la radiación ultravioleta.

Los 7 beneficios del sunning

El sunning es un ejercicio físico que puede aportar beneficios para la salud similares a los de otros deportes y más si se realiza en una playa o en algún lugar donde haya arena. Las principales ventajas de su práctica son:

Elimina el estrés. Cuando se realiza cerca de una playa o un río, la brisa del mar y el sonido ambiente del lugar funcionan como un calmante natural para aliviar tensiones y ayudan a liberar serotonina (a la que se conoce como ‘hormona de la felicidad’), por lo que previene la ansiedad y los síntomas depresivos.

Fortalece las articulaciones, ya que el impacto sobre la arena es menor que sobre superficies más duras como el asfalto.

Mejora la respiración gracias a la calidad del aire junto al mar, algo especialmente beneficioso para las personas que sufren alergias, asma o congestión nasal.

Facilita el descanso. El aire puro, el sol y la brisa marina actúan como relajantes naturales y al llegar la noche es más fácil conciliar el sueño.

Potencia el fortalecimiento del sistema inmunitario. “La exposición a la naturaleza, donde la calidad del aire es mejor, puede ser beneficiosa y contrarrestar problemas derivados de la contaminación de las ciudades. La mejor manera de garantizar una protección frente a infecciones de cualquier tipo es potenciar el estado de salud general: alimentación adecuada, un correcto descanso, cuidado de la salud mental y la práctica de ejercicio físico”, afirmó María Sánchez, e-Health Manager de Cigna Healthcare en España.

Promueve el equilibrio. La arena de la playa o un sendero por el campo son terrenos irregulares en los que se entrena el equilibrio.

Favorece la síntesis de vitamina D. Estebaranz explicó que para que nuestro organismo sintetice la vitamina D necesaria es suficiente con que el sol nos dé 10 minutos al día en una parte del cuerpo. Sin embargo, indica que algunas personas ya no producen suficiente vitamina D a pesar de tomar el sol, por lo que, si tienen un déficit, deberían tomar un suplemento de vitamina D una o dos veces al mes, en función de sus niveles y de la recomendación de su médico.

Consejos para correr bajo el sol sin riesgos

Los siguientes consejos nos ayudarán a practicar sunning sin riesgos:

Escoger el horario adecuado. Lo ideal es hacerlo o a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde, y evitar las horas que van de 11 de la mañana a cuatro de la tarde, porque es cuando el índice ultravioleta es más perjudicial.

Utilizar filtro solar. Se debe utilizar un filtro solar con protección alta –entre 30 y 50– porque no solo recibimos radiación ultravioleta directamente del sol, sino la que se refleja sobre la superficie del agua o la arena. También existen prendas técnicas que dejan que respire la piel, pero evitan la radiación ultravioleta y que nos pueden proteger del sol incluso sin usar cremas fotoprotectoras.

Ponerse lentes de sol que bloqueen eficazmente la radiación ultravioleta. El Dr. Fernando Llovet, oftalmólogo y cofundador de Clínica Baviera, recomienda que para ir a la playa o la montaña, o para estar en ambientes soleados, hay que emplear lentes con cristales que absorban entre el 82 y el 92% de la luz.

Elegir el terreno más seguro. Si corremos por la playa, hacerlo por una zona donde la arena esté compacta y el terreno lo más nivelado posible, para evitar sufrir lesiones, como esguinces y torceduras.

Proteger la cabeza. Es conveniente el uso de una gorra porque, aunque el pelo pueda proteger del sol, hay zonas del cuero cabelludo con menos densidad capilar que sí nos podemos quemar. Para evitar daños en el cabello también hay disponibles filtros solares específicos.

Tener en cuenta la medicación. Estebaranz advirtió que las personas que tomen fármacos deben tener en cuenta que hay medicamentos fotosensibles, es decir, que provocan reacciones alérgicas al exponernos a los rayos solares.

Hidratarse correctamente. Hay que salir hidratado e hidratarse después progresivamente, sobre todo si se va a hacer una sesión larga de correr al aire libre, porque, en caso contrario, podríamos sufrir un golpe de calor. TN.

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