Dialogamos con Sergio Sinay sobre el artículo de su autoría publicado en Perfil.com al que tituló la Patria Chantajista en el que hace referencia al culo sucio, «un juego de cartas muy popular en casi todos los países de América Latina, e incluso se lo juega en Alemania con el nombre de Schwarze Peter (el negro Pedro).
En el juego de cartas original es uno el que pierde al final, en la política todos tienen las cartas y observan que carta jugará el otro, para responderle, porque la carta del otro representa una amenaza, puede ser una denuncia, de negocios ocultos, de dinero no declarado, una denuncia de cualquier tipo que se da no solamente de la oposición al oficialismo sino también del oficialismo a la oposición. Todos tienen una carta con la que pueden dañar al otro, y como el trasero no esta limpio, en definitiva, si bien se amenazan con las cartas la amenaza puede ser un juicio, la prisión, un paro, una movilización, un juicio en el Concejo de la Magistratura porque también juegan los jueces, se amenazan unos a otros mientras orejean la carta.
Finalmente una carta – amenaza sale pero la amenaza queda allí nomas, es para que la tribuna, la gilada siga pendiente de este juego pero en definitiva todos saben que no va a correr sangre, no van a terminar como algunos deberian terminar, porque todos han sido socios de todos, los mas acorrimos enemigos de hoy, han sido socios en el ayer, hay jueces que hoy aparecen como la esperanza de un posible manni pulite argentino, pero han sido funcionales a todos los gobiernos y los gobiernos funcionales a ellos.
Hay todo una trama que la sociedad no conoce y es la verdadera trama del juego, la verdad es todo es bastante desalentador y cuesta creer cuando se nos dice que se va a hablar con la verdad porque la verdad està ausente en la mesa de este juego, y los que pierden son los que no juegan, que son los ciudadanos, el país que sigue postergado, esperando, mientras el mundo avanza.
Esto es lo que sucede en esta versión del culo sucio.
Son todos tiempistas en este juego que tratan de que las cosas no ocurran en función de la justicia y la verdad sino en funcion de los intereses y de los acuerdos que se van tejiendo.
Esto es la vieja política, aunque algunos hablen de nueva política, no hay justicia y es la verdad el juego de la inmoralidad absoluta. Y la verdad es que estas amenazas están a la orden del día. Si me vas a meter preso te hago una movilización, entonces no me metes preso, pero te mantengo amenazado entonces te hago una movilización mas light y seguimos jugando, esa es la cuestión porque mientras puedan seguir jugando todos se benefician menos los trabajadores a los que dicen representar los sindicalistas que están sentados a este juego, o los ciudadanos a los que el gobierno debería defender cuando una sociedad los elige para ser protegida, alimentada, cuidada, educada y que le ofrezcan visiones de futuro que vayan más allá de promesas que nunca se cumplen.
La sociedad es cortoplacista y creo que nosotros debemos entender que los males que sufrimos son de tan larga data y tan profundos que así como han llevado generaciones producirlos probablemente lleve generaciones cambiarlos.
Porque los protagonistas de ese juego, son los mismos de siempre, aunque se presenten como nuevos.