Fue aprehendido en un allanamiento en Freyre, donde se había ido para “despistar” luego de dejar los carteles frente al municipio de Frontera.
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En un giro importante para el caso de las amenazas con sello narco dirigidas al fiscal Bernardo Alberione, la Justicia ha logrado la detención del supuesto autor material. La atención ahora se centra en la búsqueda del "ideólogo" detrás de este inquietante suceso, que ha capturado la atención de todo el país.
La investigación, liderada por el fiscal del 1º turno, Oscar Gieco, ha dado un paso significativo con la captura del individuo presuntamente responsable de los carteles amenazantes. El detenido, identificado como Luis Ángel Oliva, de 25 años y conocido como "el Negro", fue aprehendido durante un allanamiento en su domicilio en Freyre, específicamente en la calle Cabrera al 700.
El fiscal Gieco explicó en una conferencia de prensa los detalles de la investigación que condujo a la identificación y captura de Oliva. El éxito de este operativo se basó en un meticuloso trabajo de inteligencia y el análisis de alrededor de 20 cámaras de seguridad ubicadas en distintos puntos de la ciudad, tanto en el camino interprovincial como en Freyre. Estas cámaras proporcionaron imágenes clave que permitieron determinar la apariencia física del sospechoso y las prendas que llevaba puestas al momento de colocar los amenazantes carteles. Entre las prendas identificadas se encontraban una gorra con visera, una campera negra y unas llamativas zapatillas rojas.
Sin embargo, la identificación facial del individuo resultó ser un desafío. Una de las imágenes captadas por las cámaras mostraba a Oliva caminando frente a las dependencias municipales de Frontera, dejando los trozos de cartón con las inscripciones amenazantes bajo el portón de ingreso. Posteriormente, el individuo continuó su camino hacia el interior de la ciudad vecina. Las imágenes obtenidas se cotejaron con registros de la comisaría de Freyre, donde Oliva había realizado consultas previas relacionadas con una motocicleta confiscada, y se confirmó la coincidencia de las zapatillas.
Luis Ángel Oliva, también conocido por sus antecedentes penales y una reciente condena en la provincia de Santa Fe por tráfico de estupefacientes, había estado viviendo en el barrio Acapulco en Josefina. Sin embargo, en un intento por evadir a las autoridades, se había trasladado a su ciudad natal, Freyre. Este movimiento en su lugar de residencia revela su intención de esconderse y dificultar la labor de los investigadores.
La captura de Oliva representa un avance significativo en el caso, pero la atención de la Justicia y las fuerzas de seguridad ahora se centra en desentrañar la identidad y motivaciones del "ideólogo" detrás de estas amenazas de tintes narco. La incertidumbre persiste en torno a este escurridizo personaje, mientras el país sigue pendiente de los próximos acontecimientos en este intrigante suceso.
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