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POLICIALES

Los mató, luego se sucidó pero dejó una carta ¿Que dice?

El asesino dejó una carta en la que aseguró que "estaba cansado de las quejas". En la misiva, confiesa que los mató a "mazazos" y pide que lo "tiren al arroyo". El terrorífico doble crimen ocurrió en la localidad de Olavarría.

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El hallazgo de una madre y a su hijo de 13 años asesinados dentro de un freezer conmocionó, este martes, a la ciudad de Olavarría. El presunto doble homicida apareció ahorcado en uno de los pasillos de la propiedad. Y, aunque las autopsias de las víctimas se demoran, los investigadores encontraron elementos claves en la casa para esclarecer el crimen y reconstruir las últimas horas con vida de la familia: una carta, una maza y cocaína.

Asesinados a “mazazos”

La casa estaba cerrada. Nadie sabía nada de la mujer y su hijo. De la escuela llamaron por teléfono para saber por qué Thiago Contreras (13) no iba a clases. Las hijas de María Sandra Aguer (52) intentaban -sin suerte- comunicarse con su mamá. Este martes recorrieron el barrio, en Olavarría, y se difundieron sus fotos. Cuando entraron a la casa, los encontraron muertos.

La escena era espeluzante: Marcelo Fabián Ene (40) se había colgado en un pasillo. Los cuerpos de Sandra y Thiago estaban ocultos en un freezer. El femicida dejó una carta en la que explicaba que había cometido el crimen "con una maza".

Lo que dice la carta

"Me levanté sin decir nada, agarré el martillo, entré a la pieza sin mediar palabras y le di 10 martillazos en la cabeza y luego fui al futón y le di otros 10 martillazos al pendejo (sic)", a quien acusó de ser "maleducado, prepotente, caprichoso y altanero", escribió en la carta que dejó.

La carta de dos carillas, según Télam, está repleta de errores ortográficos. “Yo sé que no se justifica lo que hice. Fue una reacción de la cual me arrepiento”, señaló.

Además, dijo que estaba "cansado" de llegar del trabajo y tener que hacer las cosas de la casa como "cocinar", "lavar los platos" o hacer "los mandados".

“Yo era una mucama acá”

“Yo era una mucama acá” y “me llenó los huevos”, son otras de las frases de la carta.

“Era algo insoportable y estresante llegar todos los días de trabajar y problemas tras problemas y yo no hacía más nada que trabajar, cocinar y dormir”, advirtió y se quejó de que su mujer no lo dejaba hablar con sus amigos, tomarse una cerveza o salir con la excusa de hacer "un mandado" porque desconfiaba de la relación que podía tener con la almacenera.

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“Fui un hijo de mil puta. Solo me queda pedir perdón, pero el perdón no arregla lo que hice. No le digan a mi vieja, tírenme al arroyo y listo”, cerró.

Finalmente, en una posdata, explicó por qué puso los cuerpos en el congelador: "Los metí al freezer para que puedan velarlos como corresponde".

Quiénes eran las víctimas

Sandra trabajaba en un kiosco que había montado en su casa. Tuvo seis hijos, Thiago, a quien le decían "Tito", una nena que falleció y otras cuatro jóvenes que ya no vivían con ella.

Hacía unos seis años que se había separado del padre de los chicos y unos cuatro que estaba en pareja con Ene.

En la casa de la calle Lisandro de la Torre al 5000 encontraron "grandes cantidades de cocaína", la maza que es el arma utilizada para cometer el crimen y los cuerpos de las víctimas.

A Ene lo describen como "un clavo" en la vida de Sandra. Y recuerdan que su padre, que falleció en 2021, lo había empleado en una constructora y "lo despidió por vago".

"Acompaño a mis sobrinas y mi familia en tanto dolor. Vuelen alto, hermana y Thiago duele bastante", los despidió Florencia Aguar, la hermana de la víctima.

Sandra tenía cinco hermanos y, según confirmaron fuentes de la investigación, no había denunciado previamente a su pareja ni tampoco los vecinos declararon haber escuchado gritos ni una discusión previa. Ninguno encontró indicios de que detrás de su pareja había un vínculo violento.

Ene trabajaba en una leñera a tres cuadras de su casa, al menos era el último empleo que le conocían.

Qué va a pasar con la investigación

La investigación quedó en manos de la Paula Serrano, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 descentralizada de Olavarría, que esperaba el resultado preliminar de la autopsia para avanzar con la investigación de rigor.

Lo cierto es que, al suicidarse, no hay a quién imputarle el delito por lo que la causa terminará archivada. Los compañeros de colegio de Thiago realizarán una jornada para homenajearlo y pedir justicia por el crimen.

Desde la familia de Sandra decidieron mantenerse a resguardo para preservar a las hijas de la víctima. Pero allegados confiaron a Clarín que "hasta el lunes el asesino atendió el kiosco con los cuerpos ahí".

Durante una semana, Ene vivió en la casa que compartía con Sandra y Thiago mientras los cadáveres estaban en el freezer. Atendió el comercio y, presumen, respondió los mensajes en su nombre.

"Ella no veía bien, mandaba audios siempre. A las hijas les llamó la atención que mandara mensajes de texto y no atendiera. Como iban y nunca estaba, fueron a la escuela y vieron que Thiago no iba a la escuela desde el martes pasado. Entonces ayer hicieron la denuncia en la comisaría", confiaron a Clarín.

Ene dejó de responder los mensajes en el celular de Sandra desde el lunes por la noche, cuando presumen que se vio cercado y se suicidó.

EL ONCE.

ABERRANTE

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