Una tarde de domingo tranquila en Rafaela se vio interrumpida por fuertes ráfagas de viento que alcanzaron velocidades entre 40 y 50 km/h. Los residentes de la ciudad experimentaron una serie de destrozos, incluyendo la caída de portones, postes, árboles y farolas de iluminación.
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Inmediatamente después de que comenzaran a producirse los destrozos, los servicios de emergencia de la ciudad comenzaron a trabajar en coordinación. La Guardia Urbana Rafaelina (GUR), el sistema de emergencias 911, Electrotecnia de la municipalidad de Rafaela y las empresas de telecomunicaciones, colaboraron para asegurar la seguridad y el bienestar de los residentes.
El equipo de GUR patrulló las calles afectadas y atendió los reclamos de los vecinos para señalizar las situaciones más peligrosas y coordinar a las diferentes partes a colaborar.
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Mientras tanto, los trabajadores de Electrotecnia se aseguraron de que los cables eléctricos caídos no supusieran un peligro para los transeúntes. Los trabajadores de telecomunicaciones, por su parte, se enfocaron en reparar las líneas telefónicas y de internet dañadas.
Los árboles y farolas de iluminación caídos bloquearon varias calles, lo que requirió un importante esfuerzo para retirarlos. Afortunadamente, no hubo informes de lesiones graves en la ciudad como resultado del viento
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